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ÍCARO EN LA MITOLOGÍA GRIEGA
Ícaro es un personaje célebre, aunque menor, de la mitología griega, y la historia del niño que voló demasiado cerca del sol se sigue contando y volviendo a contar hoy en día. En la actualidad, la historia de Ícaro se utiliza a menudo como advertencia para que la gente sea consciente de los peligros del exceso de confianza y la imprudencia.
Ícaro Hijo de Dédalo
La historia de Ícaro en la mitología griega aparece en diversas fuentes antiguas, aunque la Biblioteca (Pseudo-Apolodoro) aporta algunos detalles que faltan en otras fuentes.
La historia de Ícaro, de la mitología griega, comienza en la isla de Creta, ya que Ícaro es hijo de Dédalo, el legendario artesano e inventor. Dédalo había llegado a Creta muchos años antes, tras ser exiliado de Atenas, y posteriormente había encontrado un generoso benefactor en la figura del rey Minos.
Dédalo había trabajado duro para el rey Minos, y había alcanzado una posición relativamente alta, para un sirviente, dentro de la corte real. Como recompensa por este trabajo, a Dédalo se le había permitido formar pareja con una de las hermosas esclavas de Minos, una mujer llamada como Naucrate en el Biblioteca De esta relación nació un hijo, un niño llamado Ícaro.
Dédalo e Ícaro encarcelados
La caída en desgracia de Dédalo, y la caída del rey Minos, se produciría varios años después, ya que el héroe ateniense Teseo estaba destinado a llegar a Creta. Teseo iba a ser uno de los jóvenes atenienses sacrificados al Minotauro como parte del tributo pagado por Atenas al rey Minos, pero Ariadna, la hija del rey Minos, había visto a Teseo a su llegada a la isla y se había enamorado del héroe griego. Para ayudar a Teseo, Ariadna había recurrido a la ayuda de Dédalo, el hombre que había diseñado el Laberinto bajo el palacio de Cnosos, y así Teseo entró en los dominios del Minotauro con un ovillo de hilo y una espada. Teseo pudo así matar al Minotauro, y pronto el héroe griego y Ariadna huyeron de Creta. Ver también: Tiphys en la mitología griegaSin embargo, en un principio, el rey Minos estaba más enfadado por la ayuda prestada por Dédalo que por la intriga de su propia hija Ariadna. No obstante, Minos no quería perder los servicios del maestro artesano, por lo que, en lugar de ser ejecutados, Dédalo e Ícaro fueron encerrados en una alta torre (o, según otras fuentes, padre e hijo fueron encerrados en el Laberinto). |
Dédalo planea una fuga
Dédalo se dio cuenta de que las alas que había fabricado tenían muchos puntos débiles, por lo que advirtió a Ícaro de los peligros de volar demasiado alto o demasiado bajo. Si volaba demasiado alto, la cera utilizada como pegamento se derretiría, mientras que si volaba demasiado bajo, el agua del mar impregnaría las plumas y la madera, haciendo que las alas fueran demasiado pesadas para volar.
Ícaro vuela
Llegó el día en que Ícaro y Dédalo escaparían de Creta, y la pareja saltó junta desde una cornisa, batiendo las alas fabricadas mientras lo hacían; así se emprendió el primer vuelo del hombre tal y como lo hicieron las aves. La huida fue un éxito, y sin ser detectados, y pronto, mediante una mezcla de aleteo y planeo, Dédalo e Ícaro habían dejado Creta muy atrás. Pronto se interpusieron muchas millas entre el rey Minos y la pareja en fuga, pero cuando Ícaro y su padre se acercaban a la isla de Samos, sobrevino el desastre. |
Ícaro vuela demasiado cerca del Sol
Ícaro se había vuelto demasiado confiado, y haciendo caso omiso de las advertencias dadas anteriormente por Dédalo, comenzó a volar más y más alto. Los peores temores de Dédalo pronto se hicieron realidad, ya que a medida que Ícaro volaba más cerca del sol, la cera comenzó a derretirse, y las plumas pronto se desprendieron de la estructura de madera. En muy poco tiempo, todo lo que Ícaro quedó aferrado fueron los marcos de madera, y así Ícarose precipitó hacia el mar, muriendo al caer al agua. Ver también: Mitología griega de la A a la Z BLa zona de agua donde cayó Ícaro se conocería como el Mar de Icaria, mientras que la isla sin nombre donde apareció el cuerpo de Ícaro se llamaría posteriormente Icaria. Sin embargo, algunas fuentes afirman que el héroe griego Heracles fue testigo de la muerte de Ícaro y, al reconocer al niño como hijo de Dédalo, realizó los ritos funerarios necesarios que el padre de Ícaro no había podido hacer. De vuelta a Creta, la huida de Ícaro y Dédalo, que había pasado desapercibida, fue finalmente descubierta, y Minos partió con su flota para recuperar a Dédalo, ya que el rey de Creta no quería que el artesano trabajase para nadie más. Sin embargo, la huida de Dédalo e Ícaro no había dejado ninguna pista sobre la dirección tomada, por lo que al rey Minos le esperaba una larga búsqueda. |