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LAYO EN LA MITOLOGÍA GRIEGA
Layo fue un rey legendario de la mitología griega. Gobernante de la ciudad de Tebas, Layo se convertiría en padre de un único hijo, un hijo que sería conocido como Edipo, un hijo que causó la caída de Layo.
Layo Hijo de Labdaco
Layo era hijo de Labdacus nieto de Polidoro y bisnieto de Cadmus y así nació en la familia gobernante de Cadmea, como se conocía entonces a la ciudad de Tebas.
Layo en el exilio
Layo no era más que un niño cuando murió su padre Labdaco, y Nícteo y Lico gobernaron como regentes en su lugar. El reinado de Lico llegaría a su fin, no cuando Layo fuera mayor de edad, sino que terminó cuando Anfión y Zeto llegaron a Cadmea. Su madre, Antíope, una hija de Nícteo, había sido maltratada por Lico y su esposa Drice, por lo que Amphion y Zethus mató a Dirce, y tal vez también a Lycus, aunque algunos dicen que Lycus fue enviado al exilio. |
Ahora Layo debería haber asumido el trono de Cadmea, pero su posición fue usurpada por Anfión y Zeto, que co-gobernaron Cadmea, y renombraron la ciudad como Tebas.
Layo y Crisipo
Layo sería enviado al exilio, y encontró acogida en el Peloponeso, y en la corte real del rey Pélope.
Se decía que Layo se enamoraría entonces del hijo ilegítimo de Pelops Crisipo.
Algunos cuentan que Layo raptó a Crisipo, pero cuando fue capturado por Atreo y Tejestes, los hijos de Pélope, Layo no fue castigado por el rey Pélope, pues éste reconoció que Layo había actuado por amor.
Otros relatan cómo la esposa de Pélope, Hipodamía, inculpó a Layo de la muerte de Crisipo. Hipodamía temía que Crisipo sucediera a Pélope en el trono y no uno de sus hijos, por lo que apuñaló al hijo ilegítimo de su marido con una espada propiedad de Layo. La puñalada no le causó la muerte inmediata y Crisipo pudo exonerar a Layo antes de morir.
Layo Rey de Tebas
El gobierno de Anfión y Zeto en Tebas fue relativamente breve, ya que Zeto se suicidó cuando su esposa mató a su hijo, y Anfión pereció cuando su esposa, Niobe Así, Layo fue devuelto a su hogar y ascendió al trono, como era su derecho por nacimiento. En Tebas, Layo encontraría una esposa de rango adecuado, en la figura de Yocasta, la hija de Menoceo, pero, poco tiempo después de que se produjera el matrimonio, Layo fue informado de una profecía que decía que el hijo de Layo mataría a su propio padre. |
Durante un tiempo, Layo se abstuvo de mantener relaciones maritales con su esposa, pero bajo la influencia del vino, esta política de abstención decayó; y Layo se acostaba con Yocasta.
Ver también: El héroe Meleagro en la mitología griegaInevitablemente, Jocasta se quedó embarazada y, al cabo del tiempo previsto, dio a luz a un niño.
El hijo de Layo al descubierto
Temiendo las palabras de la profecía, Lauis decide exponer a su hijo recién nacido y, tras atravesar los tobillos del niño con pinchos, lo entrega a uno de sus pastores, con órdenes de que lo abandonen en el monte Cithaeron.
Como era habitual en la mitología griega, el bebé no murió, sino que fue entregado o encontrado por un pastor empleado por el rey Pólibo de Corinto, que se lo llevó a su amo. Pólibo y su esposa, Peribea, no tenían hijos, y Peribea cuidó del niño como si fuera suyo, y debido a sus pies dañados, el rey y la reina llamaron a "su" nuevo hijo Edipo.
Layo y Edipo se encuentran
Pasaron los años y Layo gobernó con éxito Tebas, mientras su hijo Edipo crecía ignorando su verdadera filiación en Corinto. El destino, sin embargo, jugaba en contra de Layo y Edipo. Layo estaba ahora avisado de que su muerte estaba cerca, por lo que el rey de Tebas decidió acudir al Oráculo de Delfos para obtener más detalles, ya que seguía creyendo que su hijo había muerto en el monte Citerón. Mientras tanto, Edipo había ido a Delfos y le habían dicho que estaba destinado a matar a su padre y acostarse con su madre, y creyendo que esta profecía se refería al rey Pólibo y a la reina Peribea, Edipo decidió que nunca volvería a Corinto. Los caminos de Layo y Edipo se cruzarían inevitablemente, pues viajando en direcciones opuestas, el carro de Layo se encontró cara a cara con el de Edipo en el estrecho paso que era la Vía Hendida. El camino era demasiado estrecho para pasar uno al lado del otro, por lo que el heraldo de Layo, Polifontes, exigió a Edipo que cediera. Edipo no había crecido para dejarse intimidar por tales exigencias, pero cuando Polifontes mató a uno de los caballos de Edipo, la ira dentro de Edipo explotó. Edipo mataría a Polifontes, y luego tiró a Layo de su carro, y lo mató también. Ver también: Áyax el Grande en la mitología griega |
Edipo siguió su camino sin saber cómo había matado, y Layo murió sin saber quién lo había matado, pero las profecías se estaban cumpliendo, pues Layo había muerto efectivamente a manos de su hijo.
Algunos cuentan que Layo fue enterrado en el punto donde cayó sobre la Vía Hendida, pues se dice que el cuerpo fue descubierto por el rey Damasistrato de Platea, por lo que la noticia de la muerte del rey Layo acabaría llegando a Tebas, pero sin que se supiera quién lo había matado; la verdad no saldría a la luz hasta años más tarde, durante el reinado de Edipo.
La muerte del rey Layo - Desconocido (siglo XVII o XVIII) - PD-art-100